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Descripción del Programa

Ante una multitudinaria Iglesia joven reunida para la jornada mundial de la juventud en Panamá en el año 2016, el Papa Francisco dijo que “el amor, acoge, protege, promueve e integra”. Aquellas palabras no podrían expresar con mayor claridad lo que buscamos en la formación de los futuros diáconos permanentes en nuestra Arquidiócesis: “Como María, queremos ser una Iglesia que fomente una cultura que acoge, protege, promueve e integra” [1].

Discipulado misionero

La espiritualidad de servicio promovida por el Instituto sigue el ejemplo de Cristo, totalmente dedicado al servicio de Dios. El acompañamiento de María sierva del Señor, ayudará a los candidatos a hacerse servidores generosos del pueblo de Dios en su Iglesia local.

El camino al diaconado

El Instituto, siguiendo las indicaciones del Directorio Nacional para la formación de los Diáconos Permanentes en los EEUU, solicita cuatro años de formación en unas categorías fundamentales, humana, espiritual, intelectual (teológica) y pastoral-ministerial. Durante el primer año (Aspirantado), la formación está orientada a discernir y profundizar el llamado del Señor al ministerio mientras trabaja en integración personal, espiritualidad y asiduidad en la oración. Los siguientes tres años (Candidatura) el currículo continúa el desarrollo humano y espiritual y enfatiza en la formación doctrinal y pastoral necesarias para el ministerio. Dicha formación explora áreas como Sagrada Escritura, Liturgia, Teología Sistemática y Teología Pastoral.

El programa del Diaconado Permanente, en el Instituto ayuda a forjar una conciencia más viva del valor del servicio para la vida cristiana y para ello, específicamente los diáconos sirven al pueblo de Dios en el triple misterio de la liturgia, la palabra y la caridad. Por eso, el Instituto de Liderazgo Pastoral está comprometido con el arzobispo de Chicago, como responsable último de la formación de los diáconos permanentes.

 

“Es interesante y necesario investigar a fondo el desarrollo que el diaconado permanente ha experimentado desde el momento de su reinstauración hasta el día de hoy, para comprender mejor su recorrido, mediante una lectura que recoja toda la riqueza doctrinal, pastoral y exhortativa ”

(Papa Francisco)